LIBRETA DE LECTORA (X)
«¿Perdía
su belleza la obra que dejaba ahora tras de sí solo porque no hubiera nadie que
la viese y admirase?»
Pablo D’Ors, Andanzas del impresor
Zollinger
«Para
quien cree que la vida equivale al mar, la tierra solo puede significar la
muerte».
Juan Gómez Bárcena, Lo demás es aire
«El
amor y la amistad siempre llevan aparejado el duelo futuro».
Miguel Ángel Hernández, Anoxia
«El
mar inunda los sueños de quienes duermen en alta mar, su consciencia se llena
de peces y de compañeros ahogados que saludan con tristeza moviendo las aletas
en lugar de las manos».
«El
infierno es tener brazos y nadie a quien abrazar».
Jón
Kalman Stefánsson, Entre cielo y tierra
«La noche era como un pincel mágico que cubría de negro toda la fealdad para que la hora del amor y los deseos pudiera desplegarse».
Diane
Wei Liang, El ojo de jade
«Todos
los árboles del mundo me parecen mis hermanos».
Han
Kang,
La vegetariana
«El infierno alcanzado por esfuerzos propios era
una construcción interesante. Nadie se libraba de fabricar uno, al menos uno,
en toda una vida».
Ian McEwan,
Lecciones
«No puedo dormir del lado izquierdo —me había
explicado—, no puedo dormir sobre el corazón. Mi corazón no duerme jamás».
«Lo que hace la vida tan terrible y tan absurda es
que nada se repite. Todo sucede por primera y única vez».
Theodor Kallifatides, Timandra
Elvira Lindo,
Una palabra tuya
«Me
da miedo la oscuridad. Antes creía que de la oscuridad podía salir cualquier
cosa, por eso me daba miedo. Ahora la temo porque sé que no hay nada en su
interior».
Hiromi
Kawakami, Abandonarse a la pasión
«Al
fin y al cabo, la verdad es lo que decidimos que lo sea».
«Al
diferente se lo tolera cuando el mundo va como la cuerda por el canal de una
polea, pero basta una mota de polvo, un grano de arena, una raspadura en el
cáñamo, un agujero en el cubo del pozo, una enfermedad que azota al ganado, un
manantial seco, para que los dedos señalen».
Philippe
Claudel, El crepúsculo
«Me
pregunto si las flores no son realmente los periscopios de los muertos que
yacen bajo ellas observando el mundo a través de sus tallos.»
«¿Seguimos
existiendo si se va la última persona que nos recordaba como niños?»
«Por
cierto, ¿qué ocurrió en el jardín del edén una vez abandonado? ¿Lo invadió la
maleza?»
Gueorgui
Gospodínov, El jardinero y la muerte
«Quienes
creen que el veneno de las pesadillas queda recluido en las sombras de la noche
no han conocido la angustia de caminar por la calle la mañana siguiente, la
garganta seca, las manos agarrotadas, el rastro rugoso de los sueños manchando
la luz del día.»
Juan Carlos Galindo, Muerte privada
«Hay
una edad en la que te miras al espejo y ves al viejo que serás. Hay otra edad
en la que te miras al espejo y ves al muerto que serás».
«Aplicaba
mi oído al agujero de los hormigueros por si de sus profundidades pudiera
surgir la voz de Dios».
Juan
José Millás, Ese imbécil va a escribir una novela
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