EDIFICIOS SOLITARIOS

Esto es una despedida. Quien se marcha no es una persona, sino una imagen que me ha acompañado durante meses hasta convertirse en algo similar a una amiga. Aunque, ahora que lo pienso, quizá no haya sido tanto una cuestión de tiempo como de la atracción que ejerció sobre mí nada más verla. Es verdad que ha estado un año y tres meses presidiendo este blog, pero ya al primer golpe de vista sentí que me reconocía en ella.


Behind the curtain es el título de esto que parece un cuadro pero no lo es en sentido estricto. Es obra de Jamie Heiden, un peculiar artista que fotografía paisajes para después pintar sobre ellos, en una técnica híbrida que, sin embargo, arroja resultados de un indudable carácter pictórico. En alguna ocasión he comentado obras suyas en este blog y he tenido que contenerme para no hacerlo más a menudo. Me encantan sus carreteras y senderos perdidos, sus árboles encaramados en laderas, sus tejados viejos e irregulares, sus bandadas de pájaros que surcan el cielo en mágica formación. Su ojo experto elige el ángulo y la composición más sugerentes y sus pinceles añaden después una pátina de irrealidad, en una constante reescritura del mundo circundante que tiene mucho que ver con la tarea de un escritor. A eso se añade un gusto por los títulos poéticos y evocadores. Traduzco algunos: La puerta está siempre abierta, La sombra de una sombra, Usa tus alas, Mientras estabas durmiendo… Los paisajes de Heiden me parecen pura literatura: son a la vez el germen de un poema y el escenario de una novela.

Dentro de la obra de este autor, ocupan un lugar destacado los edificios solitarios. Son graneros, establos, granjas o simples cabañas que se recortan sobre el horizonte en medio de parajes aislados, en ocasiones sumidos en el abandono, a veces dotados de cierta animación por la presencia de animales. A este grupo pertenece Behind the curtain, que ha sido la imagen de este blog durante meses, y también el que incluyo a continuación, titulado Evening chores, que barajé en su momento para ocupar ese mismo puesto. Hay muchos más. Todos ellos llaman de forma poderosa mi atención.


Los edificios solitarios de Heiden tienen para mí rasgos humanos, me recuerdan a personas abstraídas en sus pensamientos, aisladas del mundo circundante por la poderosa barrera de su imaginación. Me pareció en su momento que este blog tenía mucho de ese lugar al que retirarse para dar rienda suelta a los pensamientos y por eso elegí una de las creaciones de Heiden para que fuera la plasmación visual de esa idea. Desde entonces, he estado mirando a diario ese edificio solitario hasta que se ha convertido, como reza su título, en el paisaje que se abría para mí detrás de la cortina.

Comentarios

  1. A veces siento escalofríos ante nuestras coincidencias y conexiones Beatriz porque también fotografío casas solitarias en los viajes, y lo hago extensivo a los árboles, siempre me pregunto por qué cerca de una frondosa arboleda se ve a un árbol solitario de la misma especie, y la sensación es la misma: que ambos representan la idea de seres o almas inmersas en su mundo y que me reflejan -a mí y a marcianas como yo, naturalmente- y ya el colmo al leer tus palabras ha sido que desde hace algún tiempo estoy escribiendo una novela corta que se titula "Tras la cortina". De momento ese es su título y no deseo cambiarlo. De nuevo un magnífico artículo, gracias por compartirlo. Un abrazo.

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  2. No cambies el título de tu novela, por favor. Es de lo más sugerente: detrás de una cortina puede haber tantas cosas... Y cuánto me alegro de que continúen las coincidencias que nos unen. Es fantástico que esos edificios solitarios que nos representan estén conectados entre sí. Un abrazo.

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  3. Como siempre enamorada y agradecida.

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  4. Gracias a ti, anónima lectora. Los comentarios que vienen de voces sin identificar aportan misterio a este espacio.

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