LIBRETA DE LECTORA (VIII)

Veinte citas extraídas de mis lecturas de los últimos tiempos. Sobre los libros, la memoria, el nacimiento y la muerte, la libertad de pensar y de soñar, el amor, la falta de escrúpulos de los poderosos, las madres y el mar: sobre casi todo.


«De chico, yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche». 

Jorge Luis Borges, El Aleph


«…un católico es capaz de hacer más mal que cualquier otra persona. Creo que, tal vez porque creemos en Él, estamos más en contacto con el demonio que los demás».

Graham Greene, Brighton Rock

 

«…la literatura, que para mí es una forma de mantener la llama de lo dicho de viva voz junto al fuego en la noche de los tiempos». 

Enrique Vila-Matas, Mac y su contratiempo

 

 «Pero por mucho que examinemos con lupa los detalles de lo que ha sido una vida, quedarán secretos y líneas de fuga para siempre. Y eso me parecía lo contrario de la muerte». 

Patrick Modiano, Tinta simpática

 

 «Ah, el sueño. Ninguna otra cosa me daba tanto placer, tanta libertad, el poder de sentir y moverme y pensar e imaginar, a salvo de las miserias de mi conciencia despierta». 

Otessa Moshfegh, Mi año de descanso y relajación

 

 «La muerte es ubicua; más hábil, más lista, más poderosa que la vida, esa tonta criatura que siempre pierde el duelo que entabla con ella». 

Guzel Yájina, Zuleijá abre los ojos

 

«A fin de cuentas, nacemos y es como si en el mismo instante de venir al mundo nos abandonasen en mitad de una inmensa duna de arena blanca». 

Hiromi Kawakami, De pronto oigo la voz del agua

 

«…la libertad de pensamiento en Internet resulta mucho más efectiva desde el momento en que la gente ha dejado de pensar». 

Hervé Le Tellier, La anomalía

  

«…también el silencio tiene un eco, más hueco y duradero que las reverberaciones de ningún sonido». 

Salman Rushdie, Hijos de la medianoche

 

«Se había estado preparando para esa alegría, se había alegrado demasiado de antemano y ahora no la reconocía». 

Georges Simenon, Tres habitaciones en Manhattan

  

«La muerte era que dejaran de buscarte, como si en el juego del escondite todos se olvidaran de ti». 

«Los hombres eran como los rebaños de ovejas, no sabían adónde iban, por qué se juntaban; obedecían a pastores crueles». 

«Es extraña la pena. Te descubre lugares que no sabías que existían». 

«Crecer casi nunca merece la pena». 

Gustavo Martín Garzo, Donde no estás

 

«…su madre, otra estrella extinta en algún rincón de la infancia». 

Ricardo Menéndez Salmón, Homo Lubitz

 

«…grupos de políticos armados de un implacable cinismo han fundado partidos de éxito con un único objetivo: cabalgar sobre la indignación y el sufrimiento de las clases menos favorecidas para fomentar la guerra de unos pobres (los que han pagado y pagan duramente estos años de crisis) contra otros (los migrantes que buscan desesperadamente un futuro en los países más ricos)». 

Nuccio Ordine, Los hombres no son islas

 

«¡Cómo desdeñaba la limitada tierra, esa carretera común marcada por las huellas de tacones y cascos serviles! ¡Cómo admiraba la magnanimidad del mar, que no deja rastros!» 

Herman Melville, Moby Dick

  

«Si hubiera dibujado un mapa con los surcos dejados por las lágrimas…» 

«Los fragmentos de la memoria se mueven y crean formas. Lo hacen sin un patrón, sin plan ni sentido alguno. Se dispersan y, de pronto, se unen con determinación. Parecen incontables mariposas dejando de aletear al mismo tiempo; parecen bailarinas impasibles con los rostros cubiertos». 

«Y confirmo con calma que no tengo a donde huir, salvo al mundo de los sueños». 

Han Kang, La clase de griego 


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