LIBRETA DE LECTORA (IV)

Angustia, incertidumbre, añoranzas. Comienzos y finales. Muerte. Amor humano y no tan humano (pero no por ello menos digno). Deseos y expectativas. El poder de las palabras. Y soledad, soledad y más soledad. De todo esto hablan las citas que he ido reuniendo durante el último año y medio. De lo que siempre habla, en definitiva, la literatura.

«Él no existe aquí, pero un cuerpo inexistente nunca decae y las promesas no realizadas no se pueden romper.»

Haruki Murakami, 1Q84. Libro 2


«…en una verdadera noche oscura del alma siempre son las tres de la mañana.»

Francis S. Fitzgerald, El Crack-Up


«La vida de un hombre equivale a la de cinco perros, creía Cortland. El primero era aquel que te enseñaba. El segundo era aquel al que tú enseñabas. El tercero y el cuarto eran aquellos con los que trabajabas. El último era aquel que te sobrevivía. Ese era el perro del invierno.»

Stephen King, Ur


«Encuéntrame enseguida. Antes de que otro me encuentre.»

Haruki Murakami, 1Q84. Libro 3


«En el comienzo del amanecer, el día va dándose vuelta, a pausas; casi se oyen los goznes de la tierra que giran enmohecidos; la vibración de esta tierra vieja que vuelca su oscuridad.»

Juan Rulfo, Pedro Páramo


«Sólo esta pena de dormirse y de despertarse y de sentirse una vida que no sabes de dónde viene y que se escapará sin que sepas por qué te la dieron y por qué te la quitan.»

Mercè Rodoreda, La muerte y la primavera


«Así nació Ferguson, y al emerger del cuerpo de su madre, durante unos segundos fue el ser humano más joven sobre la faz de la Tierra.»

Paul Auster, 4 3 2 1


«Empecé a darme cuenta de que la soledad era un territorio muy poblado: una ciudad por derecho propio».

Olivia Laing, La ciudad solitaria


«El mundo es un espacio acotado lleno de obsesiones. Recorro su extensión con aire lúgubre y los ojos fijos, una mujer moderna condenada a saber que la experiencia del amor se volverá a reproducir repetidamente a una escala cada vez menor, pero siempre con un complemento íntegro de fiebre y náusea, intensidad y negación».

Vivian Gornick, Apegos feroces


«La noche en que mi abuela murió, lo primero que hice fue alargar la mano y cerrarle suavemente los ojos. Mientras le bajaba los párpados, los sueños que ella había abrigado a lo largo de setenta y nueve años se esfumaron en silencio, sin dejar rastro, igual que las gotas de un aguacero de verano revientan contra el asfalto de la calle».

Haruki Murakami, Escucha la canción del viento


«…yo extraía de muchos objetos del mundo material un sentimiento semejante al que provocaban, dentro de mí, sus grandes y luminosas pupilas. […] Lo he reconocido a veces, repito, en una viña que crecía rápidamente, en la contemplación de una falena, de una mariposa, de una crisálida, de un veloz curso de agua. Lo he sentido en el océano, en la caída de un meteoro. Lo he sentido en la mirada de gentes muy viejas. Y hay una o dos estrellas en el cielo (especialmente una, de sexta magnitud, doble y cambiante, que puede verse cerca de la gran estrella de Lira) que, miradas con el telescopio, me han inspirado el mismo sentimiento. Me ha colmado al escuchar ciertos sones de instrumentos de cuerda, y no pocas veces al leer pasajes de determinados libros.»

Edgar Allan Poe, Ligeia


«Si quieres matar a un hombre, empieza por darle lo que más espera».

Pierre Lemaitre, Recursos inhumanos


«Pienso que todas las constituciones del mundo deberían reconocer el derecho inalienable de cualquier persona a regresar cuando guste a los escenarios más entrañables de su pasado. Poner a su disposición un manojo de llaves que le permitieran entrar a todos los pisos, casas y jardines donde transcurrió su infancia y pasarse las horas muertas en esos palacios de invierno de la memoria».

Éric Faye, La intrusa


«Anhele el amor, Marcus. Haga de él su más hermosa conquista, su única ambición. Después de los hombres, habrá otros hombres. Después de los libros, hay otros libros. Después de la gloria, hay otras glorias. Después del dinero, hay más dinero. Pero después del amor, Marcus, después del amor, no queda más que la sal de las lágrimas».

Joël Dicker, La verdad sobre el caso Harry Quebert


«Miles y miles de dobles nuestros toman los caminos que nosotros no tomamos en las encrucijadas de nuestra vida, y nosotros, nosotros creímos que solo había uno».

Patrick Modiano, Recuerdos durmientes


«Pero si alguna vez, en el futuro, te conviertes en adulto, si logras llegar tan lejos, por favor recuerda esto: nunca estarás tan atado como una mujer a la tentación de perdonar a un hombre».

Margaret Atwood, El cuento de la criada


«La palabra que está escrita en el cielo, esa que descubren los que deletrean las estrellas, es la palabra quizás:
QUIZÁS…
escrita de todas maneras con todas las letras de todos los alfabetos.»

Gonzalo Torrente Ballester, Quizá nos lleve el viento al infinito


«Hay una extraña dignidad en la escritura. Lo que uno percibe como oleaje batiendo incesante contra las costas del cerebro, al descender al papel debe encauzarse en las riberas del lenguaje y adquirir formas inteligibles regidas por el código de conducta de la gramática. El acto de escribir tiene un efecto civilizador para la conciencia.»

Gioconda Belli, Las fiebres de la memoria


«Las calles de París conseguían que me detuviera en seco, con el corazón en suspenso. Parecían saturadas, aunque allí no hubiera nadie más que yo. Eran lugares donde algo podía suceder o había sucedido, o ambas cosas.»

Lauren Elkin, Flâneuse


«La mayoría de los rostros que aparecían en mis fotos pertenecían a personas fallecidas; las empresas que habían fabricado los escasos objetos que aún me importaban debían de haber echado el cierre hacía mucho tiempo; y, en cuanto a la vieja llave de la que nunca me había separado, no tenía ninguna puerta que abrir desde hacía siglos».

Éric Faye, La intrusa

Comentarios

  1. ¡Me esncanta! Una recopilación genial. En mi caso, siempre he ternido libretas donde iba apuntando frases que me impactaban, sueltas o de los libros que leía, películas, canciones o las que escuchaba de la gente con la que hablaba o indirectamente. Es increíble lo que se puede aprender y de pronto tomar conciencia de los hechos, de lo que te rodea, de todo...
    Siento como que en ellas está lo que buscas. Casi como con las grandes arias de óperas o trozos de conciertos, etc, que sobresalen de la obra en general.:) Gracias por compartirlas.

    Un abrazo

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  2. Yo también tengo un montón de libretas como las tuyas, Luz. En ellas, además de citas de libros, escribo títulos de cuadros o fotografías que veo en exposiciones y que me apunto para buscarlos después en la red. Me encanta revisar esas páginas al cabo del tiempo: me traen sensaciones de otros momentos de mi vida.

    Gracias a ti por dejar tu comentario. Un abrazo.

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