CASIDA DE LAS ALAS ROTAS

Hace más de nueve siglos, Al-Mutamid, rey de Sevilla, fue derrocado por los invasores almorávides y desterrado a África, donde vivió hasta su muerte. El que había sido monarca poderoso se convirtió en un exiliado añorante de su tierra. Por fortuna, era también poeta y pudo buscar consuelo a su triste situación en las palabras: compuso así la siguiente casida, género poético dominado por la melancólica remembranza de lo que se ha perdido, en la que evoca con tristeza su felicidad pasada. Sus versos suenan a nuestros oídos modernos con emotiva humildad. Os dejo con ellos. Feliz Día de la Poesía, un año más.

Yo era amigo del rocío, señor de la indulgencia,

amado de las almas y de los espíritus;

mi diestra regalaba el día de los dones,

y mataba, el día del combate;

mi izquierda sujetaba todas las riendas que domeñaban

a los corceles en campos de batalla.

Hoy soy rehén, de la cadena y de la pobreza

apresado, con las alas rotas.

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