VENCER A LA NOCHE
Hoy ha hecho un día luminoso en Madrid, de esos en que un sol hermosísimo produce la ilusión de que la oscuridad no llegará nunca. Pero cae la tarde y los edificios se tiñen de ese tono dorado que normalmente nos parece tan bello, pero hoy no. Hoy un apagón monumental nos ha dejado sumidos, en el mejor de los casos, en el desconcierto. Hoy tenemos miedo a la noche. Me asomo a la ventana en un intento de atrapar los últimos instantes de luz. Llevo mi fiel transistor a pilas en una mano y una linterna en la otra. Vista desde fuera soy, supongo, un puntito luminoso que interrumpe la oscuridad creciente. Otros focos de luz se unen a mi empeño de combatir las sombras. El jardín rodeado de edificios al que da mi ventana parece un escenario teatral, un retablo compuesto de pequeños rectángulos donde se desarrollan funciones de luces y sombras. Aquí se ven dos círculos brillantes diminutos que se mueven trazando caprichosas trayectorias. Son dos niños, imagino, que entretienen las largas hor...